La teoría de los seis grados de separación es
una hipótesis que intenta probar que cualquiera en la Tierra puede
estar conectado a cualquier otra persona del planeta a través de una
cadena de conocidos que no tiene más de cinco intermediarios (conectando
a ambas personas con sólo seis enlaces), algo que se ve representado en
la popular frase “el mundo es un pañuelo”. La teoría fue inicialmente
propuesta en 1930 por el escritor húngaro Frigyes Karinthy en un cuento
llamado Chains. El concepto está basado en la idea de que el
número de conocidos crece exponencialmente con el número de enlaces en
la cadena, y sólo un pequeño número de enlaces son necesarios para que
el conjunto de conocidos se convierta en la población humana entera.
Recogida también en el libro “Six Degrees: The Science of a Connected Age” del sociólogo Duncan Watts, y que asegura que es posible acceder a cualquier persona del planeta en tan sólo seis “saltos”.
Según esta teoría, cada persona conoce
de media, entre amigos, familiares y compañeros de trabajo o escuela, a
unas 100 personas. Si cada uno de esos amigos o conocidos cercanos se
relaciona con otras 100 personas, cualquier individuo puede pasar un
recado a 10.000 personas más tan sólo pidiendo a un amigo que pase el
mensaje a sus amigos.
Estos 10.000 individuos serían contactos
de segundo nivel, que un individuo no conoce pero que puede conocer
fácilmente pidiendo a sus amigos y familiares que se los presenten, y a
los que se suele recurrir para ocupar un puesto de trabajo o realizar
una compra. Cuando preguntamos a alguien, por ejemplo, si conoce una
secretaria interesada en trabajar estamos tirando de estas redes
sociales informales que hacen funcionar nuestra sociedad. Este argumento
supone que los 100 amigos de cada persona no son amigos comunes. En la
práctica, esto significa que el número de contactos de segundo nivel
será sustancialmente menor a 10.000 debido a que es muy usual tener
amigos comunes en las redes sociales.
Si esos 10.000 conocen a otros 100, la
red ya se ampliaría a 1.000.000 de personas conectadas en un tercer
nivel, a 100.000.000 en un cuarto nivel, a 10.000.000.000 en un quinto
nivel y a 1.000.000.000.000 en un sexto nivel. En seis pasos, y con las
tecnologías disponibles, se podría enviar un mensaje a cualquier
individuo del planeta. Por ejemplo, imaginemos un limpiabotas de la
calle. Este limpiabotas conoce a un portero de un hotel de dos
estrellas; dicho portero conoce al dueño del hotel y éste al dueño de un
hotel más prestigioso; el dueño de este hotel conoce a una persona que
trabaja en la Casa Blanca y esta persona conoce al presidente de los
Estados Unidos. En unos pocos enlaces se ha conseguido ligar un
limpiabotas con el presidente de los Estados Unidos.
Evidentemente cuantos más pasos haya que
dar, más lejana será la conexión entre dos individuos y más difícil la
comunicación. Internet, sin embargo, ha eliminado algunas de esas
barreras creando verdaderas redes sociales mundiales, especialmente en
segmentos concretos de profesionales, artistas, etc.
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