Con casi 20 años de carrera a sus espaldas, Michael Emerson es un veterano con todas las letras. De rostro singular y voz pausada, el de Iowa (donde nació en 1954) puede presumir no sólo de dos décadas de actividad ininterrumpida, sino de haber pasado al Olimpo de personajes catódicos gracias a Ben Linus, el alambicado protagonista de Perdidos que le dio fama y fortuna. Además, ha sido capaz de mantenerse al pie del cañón con un personaje diametralmente opuesto en la serie Person of Interest, cuya cuarta temporada emite en España Calle 13.
El show, que empezó a fuego lento con la historia de un hombre que ha alumbrado una máquina capaz de prever actos delictivos, se ha convertido en uno de esos seguros de vida que abrillantan cualquier parrilla. “No sabría decirte si antes éramos menos complejos que ahora, probablemente nos llevó un par de temporadas asentar la historia. Estoy seguro de que Jonah [Nolan, el creador de la serie] sabía exactamente dónde quería llegar cuando empezamos”, cuenta Emerson a EL PAÍS, vía telefónica, desde el propio set de la serie: “Estamos rodando el noveno episodio, podría intentar explicarte a qué velocidad lo hacemos pero no me creerías. Es una locura”.
“La tercera temporada fue mi favorita porque creo que alcanzamos un nivel de conexión emocional extraordinaria entre nosotros y eso se transmitió al espectador. Por supuesto, el hecho de perder a uno de los personajes fijos también tuvo un peso muy importante. Creo que -de momento- la tercera temporada es la que he disfrutado más”. Emerson reconoce que el método de trabajo ayuda a mantener la tensión: “Nadie nos cuenta nada y yo no tengo ni idea de cómo va a acabar esta temporada porque recibo el guion el día antes de rodar y a veces en el propio rodaje. Eso lo hace todo muy interesante pero también me desespera”.
Person of Interest gira en torno al concepto de vigilancia extrema que surge del control que los países realizan de las comunicaciones, las redes sociales y todos los recursos de seguridad y cómo ésta puede degenerar en la pérdida total de la intimidad. Emerson reconoce que Person of Interest siempre ha ido unos pasos por delante de la realidad: “Tu reflexión es algo de lo que hemos hablado muchas veces: cuando empezamos y hablábamos de la trama, de una máquina que nos vigilaba y podía saberlo todo de nosotros a través de los datos de nuestro teléfono, de nuestra rutina diaria y de nuestro navegador, era pura ciencia ficción, o nos lo parecía. Viendo lo que ha sucedido en estos últimos años creo que fuimos proféticos y en cierto modo eso me atemoriza”, confiesa.
Para la cuarta entrega de la serie promete “mucha agitación: estamos huyendo, ocultándonos, tratando de salir del radar de Samaritan, un sistema mucho más poderoso que el de La máquina, pero tratamos de seguir haciendo lo que sabemos hacer: ayudar”. Emerson se congratula del boom televisivo actual: “El secreto está en los guiones, ahora los mejores escritores están en televisión. Para mí, que he pasado gran parte de mi carrera en la televisión, son grandes noticias. ¿Que si no quiero hacer cine? Sí, pero te reto a que salgas allí y que encuentres un guion que valga la pena... No es nada sencillo”.
Por supuesto, una entrevista con Michael Emerson no puede acabar sin preguntarle por el fenómeno que él mismo protagonizó y que finalizó con una de las polémicas más sonadas de la historia de la televisión: “¿Si me gustó el final de Perdidos? Por supuesto, absolutamente, fue un final maravilloso. Tengo que confesarte que me sorprendió que alguien pudiera esperar un desenlace en el que se aclararan todos los enigmas porque la serie siempre había mantenido un tono en el que se esquivaban las respuestas. Lo más curioso es que hasta ese momento todos habían seguido nuestro juego hasta que de repente todo aquello les pareció mal. ¿Te has tragado 100 horas de televisión y de repente en la última decides que tienes que renegar de las 99 restantes? ¿Estás de coña?”.
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