Tiene 21 años, se llama Mia Khalifa y se ha convertido en la actriz porno más popular de Pornhub. Todo iría bien si no fuera porque es libanesa y lleva dos tatuajes. En el brazo izquierdo lleva la letra del himno nacional del Líbano; en la muñeca derecha la cruz de las Fuerzas Libanesas, un partido político cristiano. Si a eso le añadimos que en un vídeo aparece con un hiyab, el velo islámico tradicional... Mia Khalifa se convierte en la actriz porno más discutida del momento.
En los últimos días Internet se ha inundado de conservadores muy poco amables con Khalifa. Ella tuitea compulsivamente y contesta con amor a sus haters: "Tu erección debe de estar muy confundida", responde a un usuario que en el mismo tweet dice que lo buena que está mientras la acusa de vergüenza para su país. Receta para el éxito: tatuaje cristiano, velo islámico y pornografía. Desde que se convirtió en la reina del porno, su popularidad no ha parado de crecer y, al final, resulta que la misma polémica ha sido su mejor publicidad. Parece que el odio solo ha contribuido a multiplicar una expectación que la ha catapultado a la fama internacional en cuestión de días. Para muestra, el siguiente gráfico con la evolución de las búsquedas en Google que contienen su nombre (línea azul), comparadas con las de Lisa Ann (línea roja), quien era la actriz más popular de Pornhub hasta que la libanesa la destronó. ¿El país donde más googlean su nombre? Líbano, claro.
Tras emigrar a EEUU con sus padres, Mia Khalifa es ahora independiente gracias a su carrera en internet. Queda claro que irse de casa era un requisito innegociable para entrar en el mundo del porno, a juzgar por el comunicado público emitido por su familia hace unos días: "Estamos pagando el precio de vivir lejos de nuestra tierra (...). Queremos enfatizar que nos desvinculamos de sus acciones, que no reflejan las creencias familiares, su educación ni sus verdaderas raíces libanesas. Esperamos que vuelva en sí, porque su imagen no honra a su familia ni a su país de origen", dicen.
Parece que su fama como pornstar le ha costado el odio de toda su familia. Y eso que ella se tatuó la cruz de las Fuerzas Libanesas en honor a su padre, que fue miliciano de ese bando durante la guerra civil. "Lo hice para demostrarle que estoy de su lado", dice a Newsweek. De todas formas, el asunto ya ha trascendido la discusión familiar. Después de levantar ampollas en medio mundo, la nueva reina del porno ha desbordado Twitter, ha llegado a medios internacionales e incluso ha inspirado una canción.
Por su parte, Khalifa pregunta si Oriente Medio no tiene nada mejor que hacer que ir a por ella:
Algunas voces libanesas han salido en defensa de la
actriz porno, como el escritor Nasri Atallah. En su página de Facebook
opina que "como mujer, es libre de hacer lo que le plazca con su cuerpo"
y que "no le debe nada al país donde nació". Además, denuncia que "si
el actor porno más popular fuera un libanés con el pene más prolífico,
todos estarían compartiendo su historia con orgullo".
"No es algo que me vayan a poder perdonar", opina Mia Khalifa, que
sabe que la ruptura con su país y con su familia ya es irreversible.
"No siento lástima, porque es una decisión consciente que tomé por mí misma", dice. Afortunadamente, su éxito ya solo depende de ella, y no de lo que su país esté dispuesto a aceptar.
El que quiera ver los videos de ella ya sabe lo que tiene que hacer.
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