domingo, 3 de enero de 2010

UNA CHICA DE JERSEY

Ollie Trinke (Ben Affleck) es un publicista musical de Manhattan simpático y triunfador que aparentemente lo tiene todo. Pero un buen día, su vida de cuento de hadas se viene abajo de la noche a la mañana cuando se convierte en padre soltero, algo que le viene grande... No sabe qué hacer.Lo despiden del trabajo y atraviesa una mala racha, así que decide a regaña-dientes irse a vivir con su padre (George Carlin) a las afueras de Nueva Jersey, donde pasó su infancia. Atraviesa el peor momento de su vida. Los años pasan, y con ellos, los planes de futuro de Ollie. Estancado en un aburrido trabajo sin futuro, no encuentra salida ni manera de recuperar la vida que tanto amaba. Pero adora a su hija Gertie (Raquel Castro) y a ella le encanta su vida en las afueras de la ciudad. Para ella, Jersey es el paraíso. Un día, Ollie está en el videoclub alquilando una vez más la película preferida de Gertie cuando conoce a Maya (Liv Tyler), que da un giro de 180 grados a su escala de valores y a su forma de ver la vida.

Sin olvidar que nos encontramos ante una comedia romántica, "Jersey Girl" es en mi opinión una cinta superior a los productos a que nos tiene acostumbrados el género romántico: los actores saben transmitir sus estados vitales al espectador, los momentos humorísticos combinan correctamente con los pasajes más dramáticos y, si bien, el final es de lo más convencional y sensiblero, en su conjunto no defraudará a los más románticos.

Muchos criticaron a Kevin Smith por este su primer cambio de registro. Y sí, es cierto, por supuesto que se echa de menos esa gracia y mala hostia a la hora de rodar una película, ese inconformismo que Smith lleva acarreando consigo desde sus inicios, ese simple tocar los cojones a quien sea para que el resto se partan el culo. Pero “Una chica de Jersey” no es una mala película. Smith quiso cambiar de aires,... bien.

El problema viene cuando ni la critica en general, ni el público, supo ver la mala leche, y el dramatismo de esta cinta. Simplemente vieron que Smith rodó una película de chico conoce china, chico se enamora de chica, un par de bromas tontas, y todos tan contentos. Pues no. “Una Chica de Jersey” es una comedia, pero mucho más triste y angustiosa que muchos melodramas que se estrenan con tanta frecuencia. Smith demuestra que puede ser un director mayor, adulto, que sabe escribir líneas de dialogo con fuerza, con dolor; y que las bromas que aparecen en esta película, son bastante más graciosas y truculentas que las de cualquier estupidez de Julia Roberts o Hugh Grant (o las de la propia López).

Smith ejecuta un magnifico film romántico, un añejo regreso a la comedia clásica y dulce (que no empalagosa). Un divertimento melodramático que se ve con enorme agrado, se disfruta con ansiado gusto, y se recuerda como deliciosa obra mística dentro de la carrera de un gamberro, inconformista cinematográfico, que en fondo, tiene su gran corazoncito.

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