
Para redondear el furor ‘keanusiano’, incluso sus fans empezaron a contar historias acerca de la bondad del actor: sus donaciones anónimas, su abnegación a la hora de cuidar a su hermana enferma de cáncer…
Para mí que Keanu estaba más bien a lo suyo, comiendo tranquilamente mientras pensaba en sus cosas, pero lo que alguien interpretó como decaimiento ha generado tal avalancha de solidaridad y simpatía hacia él que hasta ‘The Guardian‘ le ha dedicado un espacio al asunto.
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