Así lo asegura el CSIC en un comunicado en el que Morata, quien es investigador del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, explica que lo que han descubierto en la mosca "es que las células normales son capaces de identificar a las tumorales como diferentes e inducir en ellas el fenómeno de apoptosis o muerte celular programada". Para que un tumor pueda desarrollarse, los investigadores han comprobado que sus células han de evadir este mecanismo, según el estudio que ha sido publicado en el último número de la revista 'Proceedings', de la National Academy of Sciences (PNAS).
En este sentido, Morata subraya que "esto lo logran mediante la inhibición de un sistema de control que permite que proliferen más rápidamente que las células normales". Sin embargo, el científico del CISC afirma que, aunque esta inhibición es necesaria, "no es suficiente, ya que se requiere además de que las células tumorales formen un microambiente que las proteja de la apoptosis inducida por las células normales".
Los tumores estudiados en la mosca de la fruta muestran muchas de las propiedades de los que proliferan en los humanos, como la colonización de tejidos o la alteración de la forma de la célula. Según Morata, no hay evidencias de que este fenómeno ocurra también en vertebrados o en humanos, no obstante, apunta que "los genes involucrados en la formación de tumores son los mismos en las moscas y en humanos, por lo que es posible que el proceso esté conservado en todo el reino animal".
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