El descubrimiento de un nuevo orden de insectos de la era Cretácica en Sudamérica podría alterar las hipótesis sobre la evolución de los insectos. Pecho y alas de libélula, patas de mantis religiosa y alas similares a las de las efímeras convierten al nuevo descubrimiento en todo un mosaico.
A mosquitos, escarabajos o mariposas se une ahora el orden de los Coxoplectoptera, al que sus descubridores, Arnold H. Staniczek y Günter Bechly, del Museo Natural de Stuttgart, han llamado así por su larga lengua. El hallazgo fue publicado por ambos expertos en insectos en la revista Insect Systematics and Evolution. Los fósiles descubiertos en Brasil sobre finos sedimentos de unos 120 millones de años de antigüedad podría unificar las dos teorías fundamentales que existen sobre el origen evolutivo de las alas de los insectos.
Frente al supuesto de que las alas proceden de segmentos del tórax, existía la hipótesis que hablaba de genes de las patas que participaban en la evolución de dichos apéndices. Los investigadores sugieren ahora que las alas y las patas tuvieron el mismo origen evolutivo y que ambas teorías podrían ser compatibles.
En los fósiles se encontraron tanto ejemplares adultos como larvarios, que presentan similitudes con camarones y pulgas de agua dulce. El hábitat fluvial en que se desarrollaban estos insectos y su particular cuerpo sugieren que este depredador emboscaba a sus presas en el lecho de los ríos. Es también esta, entre otras características, la que separa a este nuevo orden del de las efímeras.
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