J.J. Abrams rompe su voto de silencio. El creador de Perdidos da un paso al frente para hablar al fin de Super 8 la que será su tercera película como director. Un misterioso y enigmático proyecto que durante años ha sido alto secreto y en el que cuenta con el apoyo Steven Spielberg.
Secreto absoluto. Esta es la consigna con la que se ha alumbrado Super 8. Nada se sabía salvo unas imágenes un teaser trailer publicado el año pasado donde se adivinaba un vagón descarrilado que encerraba una bestia.
El 10 de junio -fecha prevista para el estreno de Super 8- se acerca y J.J. sale a la palestra para que su película no quede olvidada en un verano plagado de secuelas, precuelas y superhéroes.
"Necesitamos un poco de jaleo público porque nos enfrentamos a grandes sagas y marcas, y la mayoría de la gente no sabe qué es Súper 8. Somos una excepción total en un verano con enormes películas... y no queremos ser tan discretos o tímidos que a la gente no le importe o no oiga hablar de ella"
"Creo que lo único que tiene que saber la gente es que es una película de aventuras acerca de un pequeño pueblo y que es graciosa, tierna y terrorífica, y que hay un misterio", señala Abrams en una entrevista con Los Angeles Times en la que también advierte al público que en Super 8 se encontrarán con un híbrido cinematográfico muy difícil de encasillar. "A medida que el proceso avanzaba, me di cuenta de que tenía el potencial de hacer mi clase de película favorita, que es del género más difícil de definir", reconoce Abrams.
Y es que, en palabras del director "se podría decir, con razón, que es una película de ciencia-ficción, o también se podría decir, y también con razón, que es una historia de amor, o se podría decir, y con razón, que es una comedia, o se podría decir, y también con razón, que es un espectáculo de efectos especiales".
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