Es un hecho. Ya nadie más cuestionará el debate de la Décima. El Real Madrid se consagró en Lisboa nuevo campeón de la Liga de Campeones tras 12 años luchando por volver a ser coronados.
12 temporadas con ese deseo omnipresente. Un sueño que adquirió peso de obsesión en las últimas fechas y que, además del dulce sabor de la victoria, supone quitarse un peso de encima que ya duraba, para ellos, demasiado.
Sin embargo, un largo tiempo, un largo periodo de tiempo, de temporadas, en las que el conjunto blanco ha ido reforzándose con fichajes de todo tipo, con nombres dignos de una megaproducción, pero que nunca acababa con el final feliz que muchos deseaban. La Décima es una realidad. El Real Madrid sigue engordando sus vitrinas con el máximo título continental a nivel de clubes, pero este título tiene un precio, una inversión de 12 años desde la temporada 2001/02 que se resume así, teniendo en cuenta sólo las llegadas que supuso inversión económica:
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