Chris Biblis tenía 16 años cuando decidió congelar su semen antes de someterse a radioterapia para tratar su leucemia, una decisión que le ha permitido ahora, 22 años después, tener una hija.
La proeza médica de utilizar semen criogenizado hace más de dos décadas, en abril de 1986, es todo un récord, según ha constatado la Asociación de Endocrinología Reproductiva de Charlotte, en Carolina del Norte.
Biblis tenía 13 años cuando se le detectó el cáncer, pero tres años después los médicos le dijeron que necesitaba dos años más de tratamiento y le advirtieron que podría quedar estéril. Los padres del muchacho insistieron en congelar su semen, una petición que fue considerada inusual en aquella época.
Pero aquella decisión permitió que en junio del año pasado, los doctores usaran su semen para inseminar un óvulo de su esposa, Melodie. Nueve meses después, el 4 de marzo pasado, nació la pequeña Stella, quien se encuentra en un perfecto estado de salud, al igual que su padre, que ha estado libre de cáncer durante más de 20 años.
Un inyección de células sanas
El método que se ha utilizado para concebir a la pequeña Stella, la inyección intracitoplásmica de esperma (ICSI, por sus siglas en ingles), no existía cuando Chris Biblis congeló su semen, sino que comenzó a utilizarse en 1992.
Este sistema permite a los científicos seleccionar cuidadosamente una célula sana del esperma e inyectarlo en un óvulo en el laboratorio.
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