Los grandes hombres también lloran. Y el gran campeón Roger Federer también llora y se emociona, como lo demostró en la final del Open de Australia que perdió ante Rafael Nadal. Dos amigos, dos hombres extraordinarios se enfrentaron ayer en un gran partido de tenis. Cualquiera pudo ganar, tras más de 4 horas y media jugando, aunque al final fue Nadal el ganador. La carrera de Roger Federer es impresionante, y solo el tenista español ha sido capaz de pararlo. Me gusta mucho que los deportistas y todos los hombres nos permitamos el llorar y emocionarnos. Pues estas emociones nos hacen humanos y personas abiertas a los demás. Las palabras, la emoción y el cariño de ambos amigos nos eleva más allá del deporte de competición. Chapo para los dos. Os ofrezco (mientras sea posible) la ceremonia de entrega de premios del Open de Australia 2009, con Roger Federer llorando, y la emoción de Nadal:
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