La "Super Bowl" del domingo no supuso sólo la victoria del equipo de Pittsburgh, sino también la reaparición triunfal de la joven cantante de 27 años Jennifer Hudson, después del trágico asesinato de su madre, hermano y sobrino, ocurrido en octubre pasado y que conmocionó a todo el país.
Hudson, ganadora de un Oscar como mejor actriz secundaria por "Dreamgirls" (2006), escogió la "Super Bowl" para volver a subirse a un escenario, ganándose los elogios del público y los medios.
La cantante de Chicago participó en la final celebrada en Tampa, Florida, para interpretar el himno nacional. La fuerza y emoción plasmadas en su potente voz se ganó la admiración de sus compatriotas. Hoy, el rotativo "The Chicago Tribune", definía su actuación como "increíble".
Otros medios, como "Daily News", comparaban su actuación con la que hizo Withney Houston en la "Super Bowl" de 1991, y que se convirtió en histórica por el momento en que ocurrió: Estados Unidos se preparaba para la Primer Guerra del Golfo.
"Se hizo con la canción -escribe "Daily News"- como nadie antes de que Whitney Houston la interpretara en la 'Super Bowl' de 1991".
El rotativo también apunta que en el caso de Hudson su vida ha tenido un importante impacto público, porque su historia refleja "el sueño" estadounidense: después de participar en el famoso concurso musical del canal de televisión Fox News "American Idol", la joven consiguió un papel en "Dreamgirls" que la catapultó a la fama.
Tras la "Super Bowl", Hudson actuará de nuevo en un multitudinario evento: los premios Grammy del próximo 8 de febrero. La artista está nominada en cuatro categorías.
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