Imagino que por ilustrar algo la foto, un espontáneo escribió que Keanu estaba triste, deprimido, como bien demostraba la instantánea. Y se armó el lío. Cientos de fans empezaro a tuitear y colgar en facebook mensajes de apoyo tipo: “tú vales mucho, chato”, “a por ellos” y cosas así en inglés. Incluso hay quien perdió una tarde en montar y subir un vídeo a youtube con el que pretendía sacarle una sonrisa al astro.
Para redondear el furor ‘keanusiano’, incluso sus fans empezaron a contar historias acerca de la bondad del actor: sus donaciones anónimas, su abnegación a la hora de cuidar a su hermana enferma de cáncer…
Para mí que Keanu estaba más bien a lo suyo, comiendo tranquilamente mientras pensaba en sus cosas, pero lo que alguien interpretó como decaimiento ha generado tal avalancha de solidaridad y simpatía hacia él que hasta ‘The Guardian‘ le ha dedicado un espacio al asunto.
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