Bajo el nombre de Bienvenu Letuni se esconde una de las historias más sorprendentes del baloncesto español en los últimos años. Un chaval de 15 años y 2,24 metros de estatura que está a punto de cumplir su sueño: jugar en el baloncesto español. Su tamaño asusta y su historia, también. Letuni, que ha estado probando estos días con las categorías inferiores del DKV Joventut y hará lo mismo con el Caja Laboral en los próximos días, procede del Congo, concretamente de la región de Bandundu, donde se forja una historia que va más allá del baloncesto y alcanza las huellas de Serge Ibaka (que ya está en la NBA) y Christian Eyenga (drafteado por los Cavaliers), las dos últimas perlas africanas.
A través de la agencia de representación U1st, la misma que llevó a Ibaka a la NBA desde el corazón de África, participó en un campus para jóvenes promesas africanas y los ojeadores quedaron sorprendidos por su tamaño, que ahora le ha llevado al baloncesto europeo. El jugador padece gigantismo y los médicos de Badalona, que ahora tendrán que examinarle a fondo para ver si necesita ser operado, le han medido en unas dimensiones sobrenaturales para un chaval de 15 años: 2,24 de estatura y una envergadura superior a los 2,40. Pero hasta llegar a España, Letuni ha tenido que superar muchas barreras que convierten su historia en única.
El nombre de Mutombo se cruzó en su camino
Hijo de padres agricultores con muy pocos recupersos, Letuni nació y creció en una zona selvática del Congo, a 250 kilómetros de la capital. El joven no paró de crecer y el patriarca de su aldea recomendó a sus padres que le enviasen a la ciudad, en un viaje penoso que en avión duraría 20 minutos y Letuni tuvo que realizar durante 2 días a bordo de un camión. En Kinshasha comenzó a jugar, hace seis meses, en el Onatra, el conjunto de otro gigante africano que hizo historia en el baloncesto, Dikembe Mutombo. A partir de ahí, su camino se cruzó con U1st y, más concretamente, con Laminé Savané (hermano de Sitapha, pívot del Gran Canaria) y el legendario Anicet Lavodrama, que peinan el continente para que las jóvenes promesas del baloncesto africano se hagan un hueco en Europa.
Así ha llegado a España para buscar su sitio. La Penya y el Caja Laboral tendrán la oportunidad de verlo jugar en directo, pero después volverá a Congo antes de tomar una decisión sobre su futuro, que en cualquier caso supondrá su llegada a España como estudiantes con una beca del club que apueste por ellos. Mientras, convive en pisos con jóvenes canteranos que no dieron crédito al ver a un joven de 2,15...y 15 años entrar por la puerta de su casa. De hecho, todavía se sorprenden con el increíble tamaño de sus enormes manos. Bienvenu Letuni, que se defiende en francés y asegura tener novia, llega de la mano de otro congoleño que, desde más abajo, apunta incluso más alto que el gigante africano. Es Webber Lufanga, un base de la misma edad que Letuni y 1,88 de estatura que tiene encandilados a los técnicos de Badalona con sus espectaculares mates. Su estilo, más propio del baloncesto europeo, y sus buenos fundamentos, han llamado la atención de los ojeadores.
De momento, los que han visto jugar a estos dos jóvenes africanos se han quedado boquiabiertos. La opinión sobre Letuni es unánime: "sabe jugar", algo que no es poco teniendo en cuenta que empezó a practicar este deporte en abril de este mismo año, aunque no es lo único que llamó la atención de los que han podido verlo con el balón en las manos. "Machaca sin saltar", comentan. Y no es para menos, con un 56,5 de pie (un 22 americano). Ahora, junto a Lufanga, tratará de seguir los pasos de sus ídolos, Ibaka y Eyenga, para cimentar su propia historia en el baloncesto español.
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