En el momento en que el árbitro pitó el final del partido contra Paraguay me quedé inmóvil sentado en mi silla viendo la tele como abrazaban a Casillas y como Villa decía: ¡ssssíííííí!. En ese instante me dije: Por fin, ya era hora. Por momentos, llegaron a mi mente todas las veces que he visto a España caer y ver a mis jugadores ya sean del Barça, del Madrid o del Atleti llorar y yo con ellos. Ayer toda esa rabia contenida se liberó de nuestras almas.
Yo sabía que la gente saldría a la calle a celebrarlo y están en su derecho pero antes habría que analizar que se celebra. Pasar a semifinales de un Mundial no es una cosa tan fácil como pedir una coca-cola en un bar y te la ponen. Han pasado 60 años desde que hicimos algo aceptable y desde entonces muchas generaciones de familias nos han inculcado siempre la misma frase: ¿España en el Mundial? Como mucho a cuartos y haber si pasamos de la primera fase. Tengo 26 años, y desde al Mundial de U.S.A. de 1994 he visto como nos hacían daño tras daño. Ese mundial lo ví en casa de los abuelos de mi mejor amigo y cuando ví el gol de Roberto Baggio y 2 minutos después a Luis Enrique con toda la camiseta llena de sangre me dije: esto es lo que nos decían en las familias. Después vino el Mundial 98 de Francia y ver una generación de viejos futbolistas perdiendo contra una selección llamada Nigeria. Éste me pilló de excursión con el cole en Segovia y entre todos dijimos: los que nos decían los familiares.
En el Mundial de Corea en 2002, yo tenía ya 18 años y cada vez tenía más conciencia de lo que le pasaba a España (incluyendo eurocopas tiradas por la borda) y era complejo de inferioridad. Un arbitro, unos coreanos y partidos a las 10 mañana siempre será recordado, y ver a un jugador como Morientes llorando desconsoladamente o a Helguera diciendo ¡HIJO DE PUTA! en la cara del arbitro y llorando de rabia. Eso a mí me ardió la sangre tanto que a partir de ese mundial me hice tan fan de España que no puedo decir nada malo de ella. El de Alemania en 2006 contra unos franceses acabados pero sin complejos fue arrolador y fué la gota que colmó el vaso.
No es por nada pero la mayoría de los futbolistas de la selección son más o menos de mi edad ya sea Iniesta, Torres, Llorente, Arbeloa, Piqué, Cesc, etc. Es decir son de la generación nacida en los 80 y esa generación ha vivido el cambio en la sociedad y en el mundo y que tener complejo de inferioridad no te lleva a nada y no lo digo sólo en el fútbol sino también en la vida. Ellos han cambiado la historia.
Cuando pitaron penalti a Cardozo y después lo paró Casillas me quedé inmóvil y 1 minuto después, penalti para españa y lo tira Alonso y marca. En ese instante creí que esto es muy simple para terminar con 60 años de puñaladas en el corazón (porque no sólo es lo que yo dije, porque hay generaciones atrás que vieron el gol fantasma de Michel, el fallo de Eloy en el penalti, Cardeñosa, etc,etc) y por tanto no lo celebré porque sabía que algo pasaba y era que Alonso tendría que repetir y me preveía que entonces aquí vendría lo de las familias. Y así fué, y de nuevo me quedé inmóvil. Os juro, que no me alteré nada, nada, porque mi corazón me decía que si ganamos no era de una forma tan simple.
De repente, coge el balón Cesc, se la pasa a Xavi y sin mirar da un taconazo a Iniesta y (yo ví después de ver mucho a Iniesta jugar que tenía dos jugadores posicionados de tal forma que provocaría un 3 contra 2 y así fué) cambia la posición de pie y se la pasa a Pedro, en ese instante me dije (ahora Pedro, tu eres esa generación de puñaladas) y al palo (me volvió a la mente todo lo anterior) pero rechace la cae a Villa (en ese instante si me levanté de la silla porque era él contra 2 defensas sin portero) pero tira y da al palo y ví la dirección que iba a dar al otro palo (y me dije: no puede ser que vaya fuera, OTRA VEZ NO DIOS MÍO, OTRA VEZ NO¡¡¡¡) y entró.
No sé lo que me pasó pero solté todo lo que no había soltado, no durante al partido, sino durante los 16 años que llevo sufriendo viendo a España y estando con ellos en la derrotas y en las victorias. Porque todos estos días escuché sandeces y más sandeces. Grité como nunca, TOMA,TOMA,TOMA, POR FIN YA ERA HORA DIOS MIO, GRACIAS, PERO UNA PREGUNTA:¿TENÍA POR HUEVECILLOS QUE TENER QUE TOCAR TRES VECES EL PALO EL BALÓN PARA QUE FUERA GOL?.
En ese instante, todos esos complejos se quitaron de nuestras mentes y hay que empezar a apreciar lo que conseguimos. Yo ya estoy feliz y a partir de ahora por fin voy a disfrutar viendo un partido de España en un Mundial y no con sufrimiento. Se puede perder o ganar con Alemania porque esto es un juego donde gana uno pero España debería de apreciar que estamos jugando una semifinal y que los que están ahí en el campo son personas con el don de jugar muy bien al fútbol pero que ellos también han sufrido como nosotros y sólo les pido que disfruten de ese día porque dificilmente se repetirá para ellos porque todo esto y este cambio lo están experimentando la generación nacida alrededor del 2000 y hay que hacerles ver que no siempre se estuvo ahí y que hay que sudar, luchar, trabajar y echar lágrimas de sangre ROJA.
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