Toronto 98: Mejor director. Sitges 98: Mejor Película. Oporto 99 (Fantasporto): Mejor película / Fantástico.
Esta película son de esas que no deja indiferente a nadie, y por ello tiene los dos extremos, y es te gusta o simplemente no te gusta, pero es raro que digas que es pasable o interesante, ya que es una película de culto para algunos y para otros un bodrio.
En mi opinión es una película de culto, y es que nos introduce un nuevo tema, una nueva dimensión del cine. Todo se desarrolla dentro de un cubo, pero lo que nos encontramos durante la película son diferentes sensaciones y la primera y más importante, es la de claustrofobia. En cierto modo es claustrofóbica, pero al mismo tiempo nos encontramos con la intriga, la acción, el individualismo, el animal que lleva dentro cada ser humano, es decir, su instinto de supervivencia.
Decir que esta película destaca sobre todas las demás en un aspecto, y es por su originalidad y por aportar algo nuevo al mundo del cine.
Esta película me ha sorprendido gratamente. Se trata de una obra muy original, con un clima absorbente y una intriga que engancha de principio a fin. Esta arriesgada propuesta (no es necesario repetir el argumento), unida a la trama de suspense, se complementan a la perfección con unas ideas sugerentes que quedan implícitas en la historia, a saborear cada paladar según su criterio.
En mi opinión este es el mayor logro de la película: aparecen encubiertas metáforas, extrapolables a la propia existencia humana, así como al comportamiento de las personas (como individuos y como parte de la sociedad). Me uno a algunos compañeros de esta página que también piensan que es un acierto que no se expliquen las cosas totalmente, sino que la interpretación libre de cada uno cobre protagonismo.
¿Por qué no imaginar que ese cubo formado por múltiples cubitos no existe en realidad, sino que se trata de una metáfora de la vida? Las personas aparecemos en el mundo sin más, nacemos y nadie nos ha pedido permiso, ni sabemos por qué estamos aquí. No obstante, tenemos un fin, alcanzar una meta: la luz (para cada uno significará una cosa). Lo importante, pues, es el camino; un camino que analizado fríamente es absurdo, que además está colmado de amenazas inherentes a él..., pero, como siempre, son los propios seres humanos y no estos peligros quienes más miedo dan. Asimismo, hay distintos tipos de personas en la sociedad, y cada uno juega el papel que sabe o quiere jugar: la fuerza contra la debilidad, la inteligencia como fuente de supervivencia y a la vez como imán de parásitos aprovechados... En definitiva, es verdad que en el mundo impera la estupidez humana sin límites. Eso sí, merece la pena vivir en él, a pesar de todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario