Un hombre chocó con su coche contra el escaparate de una funeraria, con tan mala fortuna, que salió despedido del automóvil y fue a parar dentro de un féretro.
Radoslav Pokrajac, un conductor croata de 30 años, aterrizó en el interior acolchado de un ataúd sin enterarse.
"Estaba realmente asustado, cuando se despertó no sabía si estaba vivo o muerto", explicó un miembro de los servicios de emergencia.
Miro Zirdum, propietario de la funeraria, relató que no era la primera vez que un coche chocaba contra su comercio. "Afortunadamente ninguno me trajo trabajo extra", dijo sonriendo.
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